15 de junio de 2010

¿Ciberperiodista yo?

Por Sandra Majail



Hace ya dos años, en el 2008, una conferencia dada en los 3dmm me llamó la atención. Diego Peralta, hasta hoy jefe Multimedia de la Gerencia de Medios Digitales del Grupo El Comercio, dijo que los diarios tradicionales en formato físico van a desaparecer, pero esto pasará dentro de mucho tiempo pues la gente se ha a acostumbrado a este formato, que es con el que aprenden a leer y escribir. En cambio la generación que aprenda desde su computador impulsará el desarrollo de los nuevos medios.

Esta es una época de cambios, en la que incluso los especialistas no saben qué es lo que va a ocurrir en unos años. Las nuevas plataformas de información tienen que enfrentarse al periodismo clásico en una sociedad tan conservadora como la nuestra.

Actualmente, los soportes que utilizan los medios de comunicación siguen siendo los tradicionales, la radio y el aparato de radio, la televisión y los televisores y la prensa con el papel. Los mismos medios de comunicación no cubren todos los requerimientos económicos, y creen que es más rentable vender informaciones en papel físico que por el medio digital.
Por ejemplo, algo increíble en estos tiempos ocurre con el diario Trome,  un diario de bastante tiraje sobretodo en Lima, no actualiza su página web desde hace 5 años, pues según ellos no necesitan hacerlo, ya que su target no entra a internet.

Otra muestra de conservadurismo se presenta en la discriminación que existe en los términos periodista tradicional y periodista digital o ciberperiodista. Hoy en día se ha establecido una diferenciación conceptual que perjudica, a mi parecer, a los ciberperiodistas, pues son considerados como inferiores por trabajar en medios digitales, sin tener en cuenta que se dedican a lo mismo, salidos de escuelas o universidades, y no hay porque diferenciarlos por el soporte.


El desarrollo de los nuevos medios en el Perú no es del todo real o rápida. El futuro de las nuevas plataformas de información seguirá siendo incierto, hasta que, como lo dice Diego Peralta, las nuevas generaciones impulsen ese cambio.



Por Sandra Majail


Una moda que no pasará: tu marca digital

Por Flor Jiménez


Hace poco escuche a un amigo preguntarse qué tan necesario era adherirse a la nueva moda de crearse una cuenta en Twitter. Creo que la mayoría de periodistas de cuarenta años para arriba se hace la misma pregunta, aunque de un modo más general, ellos cuestionan la importancia de tener presencia en el Internet.

Lo que le digo a ese amigo y a muchas otras personas es que debido a que la tecnología avanza con tanta rapidez, los medios digitales van evolucionando y se hace necesario que no solo los periodistas, sino todos los comunicadores comiencen a fabricar su marca digital, ya que no es una moda que vaya a pasar.

Esta marca digital según un artículo de Esther Vargas en su blogg http://www.clasesdeperiodismo.com/2009/08/20/los-periodistas-y-su-marca-digital/ de ciberperiodismo te permite tener presencia en línea. Además, debe mostrar quién eres, tus intereses y tu mejor trabajo profesional en espacios como blogs, Twitter, Facebook y Youtube…. Vargas destaca el ejemplo de Hermida una profesora de Estados Unidos que les dice a sus alumnos que ahorren y gasten en comprar dominios, ya que como dice Mindy McAdams, profesora de periodismo lo importante es conseguir presencia en las redes sociales, manejar con honestidad tu carrera y conversar con la audiencia, que pueden ser tus lectores potenciales.

Actualmente muchas empresas a la hora de ofrecer trabajos lo que hacen es googlearte, por eso esta marca personal se está convirtiendo en algo más que un hobby, en una necesidad” como sostiene Mark Glaser. Además ya se está viendo líderes digitales que modifican e inclinan las opiniones de miles de lectores que los siguen en la web.

El Internet nos da una infinita cantidad de oportunidades para que periodistas y ciudadanos que manejan las herramientas digitales se creen su propio espacio y generen sus marcas digitales. Por eso es importante que cada quien comience a crear sus marcas digitales y se adapte a las nuevas formas de comunicación que casi siempre llegan más rápido a nuevos lectores.


Por Flor Jiménez


elblogdemipapá.com

Por Alicia Urbina


Mi padre es un hombre práctico que siempre tiene ganas de aprender. Su trabajo de profesor lo anima a estar a la vanguardia. Hace cuatro años me sorprendió con el pedido de enseñarle a usar el internet, él quería entrar en el mundo de las arrobas y los punto com. ¿Cómo negarme a su pedido?

Pues no lo hice y poco a poco fue dominando el torbellino llamado internet. Ahora me pregunto que si así como quiso tener su correo electrónico y cuentas en los portales informativos también querrá crear su blog  como los periodistas consagrados.

Hoy en día, así como mi papá,  miles de personas tienen acceso a expresar sus opiniones  en la web, pero ellos deben saber que  todos los contenidos que pueden producir no se equipararán a los periodísticos.

En primer lugar, sólo se hace periodismo cuando se consulta fuentes y contrasta datos, más no cuando se escribe fruto de la  inspiración y polémica del día. Es decir, todos los contenidos periodísticos tienen una investigación de fondo a comparación de muchos otros que no tienen sustento en el plano de la búsqueda de información.

En segundo lugar,  gracias a su formación académica  los periodistas son capaces de elaborar contenidos de  modo imparcial y directo,  en contraposición con los bloggeros promedio que se dejan guiar por sus apasionamientos y subjetividades. Además los periodistas tienen un plus especial, su formación humanística y en valores que les pudo ofrecer un recinto universitario.

En tercer lugar el periodismo siempre trata de temas  que afectan  a la mayoría de personas, mientras que en los blogs encontramos diversos temas que sólo cubren el interés de un pequeño sector de la población, así podemos toparnos con blogs de ánimes, novelas mexicanas, etc.


En particular no desmerezco la naturaleza ni existencia de los blog pero  todos aquellos que escriben en ellos deben saber que los contenidos periodísticos tienen determinadas características que no se consiguen con uno o dos clicks ni mucho menos con tres o cuatro visitas sino con una técnica y una formación apropiada.

Por Alicia Urbina

24 de mayo de 2010

Justo medio

Por Ronald Mego


En la sociedad actual el constante trabajo y la monotonía diaria se han unido indisolublemente para que el cansancio, desinterés, fastidio o falta de energía causen letargo en las actividades profesionales y hasta produzcan inhibiciones internas en el ser humano. Al  causante de esas dolencias e indisposiciones se le llama aburrimiento.

Y es que como dicen los estudiosos, el aburrimiento es cruel  y mordaz para el cerebro humano, el cual ante situaciones repetitivas pretende encontrar, de alguna u otra manera, lo novedoso y atractivo para mitigar el hastío, pretendiendo acercarse así a lo que entretenga y divierta, que es natural al ser humano.

Es por eso que en no pocas ocasiones para ‘despejar la mente’ y amortiguar el tedio se  va al encuentro de las noches bohemias y toda clase de deseos frenéticos, pero que en lugar de encontrar la tan ansiada alegría y diversión, la vergüenza y el arrepentimiento posteriores son fatalmente lo único descubierto hasta ese momento, dejando al ser humano en peores condiciones que antes.

Es verdad, y no cabe duda, que la diversión es necesaria en la vida de cada hombre para aliviar la mente  y el corazón, contribuyendo a compartir experiencias con los amigos, desplegando nuestros sentimientos y habilidades, pero sobre todo que en la exploración de ese beneficio personal  debe primar el respeto hacia uno mismo y hacia los demás. Todo lo contrario es falsa diversión, la misma que desorienta la conciencia y hace la vida miserable.

El desorden conductual, la exacerbada libertad y vergüenza producto de esa desmedida y exclusiva diversión denigran al hombre, ya que son contrarias a su naturaleza intrínseca, traban la razón, fomentan el egoísmo y socavan la dignidad del hombre.


Cabe decir que la diversión atinada contribuye también al desarrollo personal. Sí porque con el sano esparcimiento también se crece, se cultivan los talentos  y se sirve a los demás. No olvidemos que el entretenimiento es también una forma de expresarse, cohabitar, relacionarse con el otro, en pro de la búsqueda de la verdadera felicidad, tantas veces esquiva al ser humano.

Por Ronald Mego


A la práctica

Por Karen Gallardo



Soy estudiante universitaria, pero este es el año en que me graduaré como bachiller en la especialidad de Comunicación, después de cinco largos años de estudio.  Cuando empecé mi carrera veía muy lejano el momento de ser una profesional, pero ahora estoy a punto de lograrlo.

He cursado más de 30 asignaturas, cada una estas  tenía  el objetivo de enseñarme algo nuevo o de reforzar conocimientos  que ya poseía.  Al principio fue muy difícil entender esto.  Los cursos me parecían aburridos, y como muchos, en algún momento pensé “y esto de qué me sirve”, ¡que me enseñen algo que en realidad necesite saber!

En vacaciones  realicé  mis practicas pre profesionales en la especialidad de Relaciones Públicas. Al comenzar sentía mucho miedo, sin embargo al paso del tiempo  descubrí  las actividades que se me encargaban  no era tan difíciles de realizar, lo único que debía hacer es recordar lo que aprendí en las aulas.
Cómo escribir una nota de prensa, cómo elaborar perfiles de actividades y llevarlas a cabo, cómo redactar distintos documentos, cómo hacer un video, como elaborar afiches, entre otros, ya la sabía.  Por supuesto con la práctica  también aprendí nuevas habilidades. Que hasta el momento no tenía.  Sin embargo puedo asegurar que gran parte del éxito profesional tiene como base  los conocimientos teóricos que aprendemos en la universidad y que muchas veces desdeñamos.

Todas las enseñanzas universitarias tienen ciertos objetivos,  incluso los cursos de humanidades que llevamos por obligación.  Estos en realidad construyen el juicio crítico, y ayudan a determinar  lo correcto dentro de los lineamientos de la profesión.

Todo lo que aprendemos  en los salones de clase  es posible llevarlo a la práctica. Aunque pensemos que las asignaturas son aburridas debemos prestarles la debida atención, pues en algún momento necesitaremos de aquellos conocimientos y será un real problema si no  los manejamos.

Por Karen Gallardo


Ni superficial, ni tonto

Por Jorge Pajares


Desde su aparición el marketing ha sabido identificar oportunidades de negocio y así  impulsar el crecimiento de nuevas empresas. Dichas oportunidades surgen al detectar necesidades insatisfechas de un sector cualquiera de la población. Pero, ¿realmente necesitamos algo?

Es común estigmatizar al marketing como una disciplina que inventa “necesidades” y que, por tanto, ofrece servicios y productos de una utilidad ficticia que únicamente aumentan nuestra dependencia de las cosas materiales. Es cierto que vivimos en una sociedad materialista que procura cada vez mayor comodidad y confort; sin embargo, si nos remitimos a la historia humana, siempre fuimos así.

Según Daniel Miller, antropólogo inglés especialista en temas de consumo masivo, a lo largo de la historia, los seres humanos siempre se han relacionado a través de cosas materiales. Estos objetos representan de algún modo valores y características que queremos hacer nuestros, pero contrario a lo que se cree, esto no significa un desdeño hacia lo espiritual sino un intento del hombre por manifestar su naturaleza frente a otra persona. Muchas veces lo exterior y material puede conducirnos a lo fundamental y esencial. Como ejemplo recordemos a la cultura Mochica, que investía a sus jefes con objetos de oro para representar la excelencia e inmortalidad de su gobierno.

Lejos de crear necesidades ficticias, el marketing ha sabido responder a esta propensión humana con productos que, más allá de su utilidad práctica, representan aspectos determinados que una persona quiere exteriorizar.


En la actualidad, las marcas son el enemigo principal de las personas que ven al marketing como el culpable de la actividad consumista-materialista. Sin embargo, las marcas únicamente intentan reflejar valores e ideas que una persona quiere para sí. No hay una maldad intrínseca en esto. Tampoco significa que las empresas lucren a expensas de nuestras carencias emocionales. Es solo una muestra del progreso humano: la habilidad de las economías modernas para responder a la necesidad real que tiene  el hombre por expresarse y manifestarse.



Por Jorge Pajares

El fantasma del socialismo en América Latina

Por Pierina Pighi



En agosto del 2005, recordando el referéndum que hacía un año lo había salvado de la vacancia, Hugo Chávez, presidente de Venezuela, proclamó: “Después de la caída soviética, el socialismo ha resurgido. Ahora podemos decir con Carlos Marx: ¡el fantasma vuelve a recorrer el mundo!”.

Después, ha asegurado también que su proyecto en Venezuela “va hacia el mismo mar donde va Cuba”, y en otras irrupciones mediáticas, más difundidas, Hugo Chávez ha mandado a “los de la derecha” nada menos que “al carajo”. Pero los hechos prueban que sus promesas son inconsistentes y sus irreverencias, reacciones populistas para mantenerse en el poder.

La nacionalización de empresas, como el Banco de Venezuela, RCTV, entre otros, resulta una medida insuficiente para un verdadero marxismo, cuando Chávez explica que solo “está concentrada en sectores estratégicos” y que “en otros es válido el capital privado”; y cuando, después de más de 10 años en el poder, no cumple con uno de las propuestas más características del programa comunista: la eliminación de las clases sociales -propietarios de los medios de producción y proletarios-, en todos los niveles de la sociedad, no sólo en los que podrían representar obstáculos en su gobierno.

La situación hace pensar que, como dice Teodoro Petkoff, uno de los fundadores del Movimiento al Socialismo de Venezuela, lo que hay en este país es solo “un proceso de debilitamiento de las instituciones para fortalecer a un caudillo”, no al estado totalitario que pensó Marx.

En todo este tiempo, los insultos de Chávez han tenido país y nombre propio: Estados Unidos y sus funcionarios. Pero sus barriles de petróleo también iban dirigidos a ellos. El 2009 se enviaron 1,4 millones de barriles de petróleo a Estados Unidos, el principal destino de exportación del combustible venezolano. Pero Chávez sabe muy bien que culpar de las calamidades de América Latina a ese país le asegura atención mediática y refuerza su imagen de líder.

Si las contradicciones de Chávez no bastan para probar que el socialismo no ha resurgido, el mismo Fidel Castro está para demostrarlo. El 2000, el líder cubano declaró que no era posible una revolución como la de su país, por la tradición democrática de Venezuela.

Es cierto que se están dando medidas comunistas en América Latina, pero con militares convenidos, el socialismo nunca resurgirá, y él único fantasma que recorrerá el continente de aquí a unos años será el de Fidel Castro, cuando descanse en paz.


Por Pierina Pighi


Sí podemos ser independientes en política

Por Arturo León


La democracia es el gobierno del pueblo. En toda democracia deben existir grupos que representen a todo un país, cada uno luchando por lo que merece. Así es que existen pues partidos políticos que defienden una serie de ideales que involucran a distintos grupos de personas. Por eso en el congreso existen bancadas cada una perteneciente a un partido distinto y cada una luchando por un sector de la población diferente. Es así como nosotros los ciudadanos debemos conocer bien los ideales políticos que defienden los partidos para una vez formemos parte de ese grupo compartamos las mismas ideas y no perdamos independencia de pensamiento.

Si revisamos el significado de la palabra Independiente nos daremos cuenta que está estrechamente ligado a tomar decisiones propias sin depender de nadie. Y si aplicamos ese significado a una democracia sería imposible de llevar. Habría infinitas opiniones distintas y esto ocasionaría un desgobierno. Es por eso que la independencia debe estar sometida a los ideales que uno comparte con los partidos políticos, puede ser que tengamos pensamientos distintos pero respeto los ideales del partido al que pertenezco. En eso radica la independencia de cada uno de los ciudadanos.

Si todos quisiéramos ser independientes totalmente sería imposible que exista democracia. Tendríamos 28 millones de partidos distintos y eso sería una utopía. Los partidos ayudan a reunir a personas con pensamientos similares para lograr convención y acuerdos sobre los temas que se tratan en el gobierno.


Por lo tanto, los ciudadanos deben  preocuparse por saber cuáles son los ideales, historia, representantes más importantes de los partidos políticos para saber cuál es el que comparte sus ideas y así no perder independencia. Es probable que muchas personas sientan que no comparten ninguna idea con alguno de los partidos pero tendrá que someterse al más cercano a su pensamiento para ser parte de las decisiones que decidirán el futuro del país.



Por Arturo León


La muerte, un olvido postmoderno

Por María Gracia López



“Una cultura que vive de espaldas a la muerte pierde densidad y, sobre todo, escamotea una de las dimensiones esenciales de la vida humana”
Enrique Rojas Montes

En épocas de las grandes civilizaciones del mundo antiguo, la muerte tenía un especial significado dentro de cada cultura, ya sea en torno a creencias religiosas y de culto, como a tradiciones y costumbres. La muerte era entonces un acontecimiento de singular respeto y solemnidad, ante el cual siempre se mantenía una actitud positiva, pues la mayoría de culturas creía en la vida después de la muerte.

En la Grecia antigua (siglo V a.C), se consideraba que la vida estaba estrechamente ligada a la muerte, y no sólo por el hecho de que una da inicio al ciclo de vida y la otra le pone fin, sino porque la muerte, según la ley de la polaridad, fortalecía la voluntad de gozar la vida.

Hoy en día, sí que se goza la vida, pero no de la misma manera que proponían los griegos, sino más bien de una forma individualista y materialista, que nos hace alejarnos de nuestra cultura y nuestra tradición. De la misma manera, la falta de fe lleva al hombre a buscar respuestas sobre la muerte, que muchas veces la religión no puede explicar o que simplemente nunca llega a entender, y que por temor o confusión prefiere evadir.

Es así como la concepción de la muerte ha cambiado. Tal como sostiene el sociólogo Jesús de Miguel, en el mundo feliz postmoderno la muerte es un tema tabú, es evitada y retrasada al máximo. Si bien, se sabe que es lo único seguro en esta vida, cada vez se tiene menos consciencia de ello y no se le da la importancia debida.

A excepción de algunos pueblos que aún viven fieles a sus preceptos, la sociedad actual no reflexiona acerca de la trascendencia de sus actos y de su propia vida. Es por eso que la cultura se hace cada vez más inconsistente, vida y muerte, individuo y comunidad, terminan por desligarse.

Por María Gracia López

Simplemente inseparables

Por Lizbeth Seminario



Un producto no se vende solo, y para que una empresa sea líder en el mercado debe producir y ofrecer un producto de calidad, que rebase las expectativas de los consumidores, y busque la manera de atraer a los clientes potenciales dando a conocer el servicio, el valor y la calidad del producto.

Hay empresas que derivan gran parte de su presupuesto a la publicidad, pero no se preocupan por hacer un buen producto de calidad y que cumpla con las expectativas del consumidor y las exigencias del mercado. Por otro lado hay también compañías que desarrollan un producto de calidad, y creen que sólo por eso se hará conocido. Se olvidan del arma estratégica más importante de hoy en día: la publicidad.

Sin embargo, no deben desligar ninguno de los dos conceptos. Porque en primer lugar, frente a un entorno altamente competitivo, es fundamental que las empresas desarrollen un producto de calidad, diferente, innovador, así tendrá ventaja frente a la competencia. Ante todo debe centrarse en satisfacer a sus clientes, de lo contrario, ellos no valorarán el producto y no existirá ninguna forma de publicidad que logre socorrer esta ausencia.

No basta tener un producto con características funcionales. Se debe crear identidad de marca, la cual sólo se logra a través de la publicidad, así como la percepción que tenemos acerca de Coca Cola, con ella “destapa la felicidad”.

En segundo lugar, se debe apostar por la publicidad pues, es necesario comunicar las características y beneficios diferenciales del producto, de lo contrario sería imposible que los clientes se enterasen del nuevo producto, crear preferencia de marca y recordarles dónde comprar dicho producto.

En conclusión, las organizaciones deben destinar sus esfuerzos a producir y ofrecer a los consumidores un producto de calidad y buscar también los medios para promocionarlo, solo así será más fácil cumplir con sus objetivos comerciales.


Por Lizbeth Seminario


No soy una hijita de universidad

Por Alessandra Kufoy


Mi abuela siempre me decía que tenía que aprovechar mi niñez, porque cuando creciera no me iba a divertir: tenía que buscar trabajo, amor y éxito; y todo esto iba a ser difícil de conseguir. A pesar de sus consejos, de pequeña contaba los días para ser grande. Pero fui creciendo, y me di cuenta que mi abuela tenía razón: la realidad no es emocionante. Buscar trabajo no es tan sencillo, y ni qué hablar de encontrar el verdadero amor. Peor aún, la universidad no nos enseña la realidad.

 La universidad, que es el lugar en donde confluyen e imparten los mejores conocimientos, nos hace especialistas en el ámbito de nuestra carrera y forma nuestros juicios, pero no nos enseña sobre la complejidad de las relaciones humanas o el primer día de trabajo; sobre la vida en sí.

 ¿Por qué la universidad no nos enseña la realidad?


 Hablemos con franqueza, la realidad no es algo entretenido para impartir en las aulas de futuros profesionales. Importa más la sabiduría, que enseñarnos cómo hacer amiguitos. La realidad la debemos aprender por nosotros mismos, lo que la universidad hace es empujarnos con conocimientos para hacerlo mejor, nos llena la mente de nuevos conocimientos y nos da luz sobre otros, mas no sobre cómo manejar nuestra vida personal.


 Además, ningún hombre sabe todo de la realidad. Ni el Decano de Humanidades nos puede decir cómo encontrar el amor. Asimismo, la realidad cambia, y los hombres con ella. No todos somos iguales, ni actuamos ante una situación de la misma manera.

 El hombre es un ser capaz de actuar según su inteligencia, y es a esa inteligencia a la que se dirige la universidad. Por esta capacidad, el hombre debe descubrir -aparte- cómo vivir su vida. No se le puede dar todo en bandeja de oro como un papá que engríe mucho a su hijo. Si fuera así, el niño esperaría todo de otros y no haría nada por sí mismo.

 Como dice el novelista americano Grail Godwin, la enseñanza es una cuarta parte de conocimientos y tres cuartas partes de actuación. Pero esta actuación la debemos aprender por nosotros mismos. No seamos hijitos de Universidad.

Por Alessandra Kufoy

Democracia: ¿espejismo o realidad?

Por Flor Jiménez


En el mundo actual los políticos caen tanto en el uso de algunas palabras que terminan haciendo que estas pierdan su sentido. Es el caso de libertad, dignidad, honradez y democracia. Estamos acostumbrados a ver en todo dos polos extremos de palabras, vemos al mundo siempre en dos, si existe lo bueno también lo malo, Dios o el diablo, blanco o negro.

Juan Lorza en un artículo menciona que esta visión bidimensional del mundo nos ha alejado de entender lo que significa pertenecer a una democracia, creemos a ciegas que una democracia se basa en la votación mayoritaria del pueblo, es decir, creemos que la mayoría siempre tiene la razón.  Pero no nos damos cuenta que en una autentica democracia, mayorías y minorías son siempre necesarias. La mayoría de hoy es potencialmente la minoría del mañana, y la minoría de hoy es potencialmente la mayoría de mañana según Ricardo del Barco.

Borges decía que la democracia era un espejismo de la estadística ya que por ignorancia y desconocimiento la mayoría se deja embaucar por personas que dicen llamarse políticos y no son más que una secta de mentirosos que nunca cumplen con lo que prometen en sus planes de gobierno. Al momento de hacer campaña hacen miles de promesas; te quieren bajar las estrellas por ganarse un voto; y  cuando ganan las elecciones no hacen nada de lo que prometieron.

La democracia perfecta no existe, es una utopía. Podríamos decir que es un mal sistema,  pero es el mejor de los que conocemos, Y aunque la democracia se ha erigido por razones obvias como el único sistema político aceptable hace más de 2500 años, el número de escépticos no solo no se reduce, sino que aumenta como lo dice Juan Angel Oviedo en su blog Diretes y dimes.

Aunque la democracia sea el mejor sistema que conocemos, como todo tiene sus defectos y no siempre se aplica correctamente, debido a la falta de participación activa de los ciudadanos o por desinformación de las personas, lo cual permite la manipulación y la escasez de fuerzas que generen equilibrios frente a quienes tienen otras ideas.
Por Flor Jiménez

Guerra por la vida

Por Josefina Costaguta.


Las noticias internacionales que informan de revueltas causadas por ecologistas de organizaciones como Greenpeace, u otras fundaciones, son cada vez más frecuentes. Los apasionados métodos de dichos activistas pueden calificarse en algunos casos como agresivos, e incluso dignos de terroristas, pero en este asunto, ¿el fin no justifica los medios?

Los beneficios que buscan los activistas medioambientales, al pelear con los industriales y gobiernos de medio mundo, justifican los métodos extremos que deben llevar a cabo para la protección de nuestro ya acalorado e inestable planeta.

Los ideales de los ecologistas no se centran en salvar animales y bosques por su sola permanencia en el mundo, sino que reconocen que son recursos que asegurarán un futuro de conocimientos y bienestar para las generaciones futuras. Acciones, como las de Greenpeace, buscan llamar la atención sobre cada acción gubernamental o industrial que pueda contribuir a la destrucción de otro pedazo más del planeta tierra, la extinción de otra especie de animales o la manipulación genética.

¿A quién no le apremia que nuestro planeta ya perdió más del 50% de sus selvas tropicales que albergan al 90% de las especies del planeta? o ¿a quién no le duele ver a un ballenato llamar a su madre cuando es asesinada con arpones explosivos? O cuando se sabe que ochenta especies de tiburones están en vías de extinción porque los pescan para cortarles las aletas y lanzarlos al mar, todavía vivos, para morir desangrados.

El grado de destrucción de nuestro planeta es inquietante, ¿acaso esta situación no amerita tratar de salvar lo que nos queda, aunque sea necesario invadir salas de juntas o encadenarse al edificio de algún ministerio?, ¿acaso salvar a los animales más grandes, y a la vez dóciles de la tierra no amerita que alguien lance bombas pestilentes a los balleneros japoneses para evitar que las cacen? Son situaciones en las que los intereses económicos vuelven ciegos, sordos y mudos a hombres de negocios y los ecologistas deben hacerse escuchar de las maneras más estruendosas.

Aunque muchas de las acciones de las diferentes organizaciones ecologistas rompan el orden público, obstruyan actividades oficialmente “legales” o asusten a los encorbatados con  trajes de orangutanes –como sucedió con activistas de Greenpeace en una reunión de accionistas de la Nestlé-, creo que son justificadas porque buscan un bien mayor para el mismo desleal e interesado humano, el propio destructor de su hogar.

Por Josefina Costaguta


11 de mayo de 2010

No eres tú, soy yo

Por Juan José Rubio Salcedo

Hace un tiempo Movistar lanzó la campaña ‘Conectados podemos más’. Esta comenzó con el comercial ‘Un lunes cualquiera’, valgan verdades, se trata de una pieza magistral que incluía, entre Vallejo y Vargas Llosa, a combis que te dejan cruzar, calles desbloqueadas y la tremenda imagen del Perú que todos soñamos.


La segunda pieza, ‘Conectados podemos más’, va en la misma línea. La voz de Pelo Madueño nos mueve a estar orgullosos de nuestra peruanidad y a apoyarnos unos a otros. Técnicamente, Young & Rubicam se esmeró. Son piezas publicitarias muy bien logradas que apelan a la emotividad del consumidor.

Sin embargo, si bien se trata de piezas tan premiadas, visitadas en YouTube y comentadísimas en círculos y blogs de publicidad, ¿por qué los usuarios se encargan de despotricar contra Telefónica a través de las redes sociales –Twitter, Facebook y YouTube–?  ¿Por qué los mismos trabajadores hacen notas y cuelgan videos que buscan traer abajo esta nueva imagen corporativa? ¿Cuál es el problema?



A un nivel macro, Daniel Scheinsohn, especialista en comunicación corporativa, explica que el concepto de imagen corporativa se fundamenta en todo los contactos que tiene la organización con el consumidor. Seamos claros, Telefónica, más precisamente Movistar y Speedy, brinda un servicio desastroso: ya sea que te dejen colgado en el servicio al cliente, mensajes de cobranza a las tres de la mañana o una banda ancha bastante angosta.

Ahora bien, por un lado te prometo la hermosa experiencia de ser peruano y te pido que te unas a los demás a través de mi servicio telefónico; por otro, te dejo esperando cuando tienes un problema, abuso de mis trabajadores, te cobro sumas escandalosas, en fin, una experiencia de consumo terrible. Movistar se convierte en el don Juan, el choque y fuga, el jugadorazo.


Por Juan José Rubio Salcedo


Guerras innecesarias

Por Brenda Silva Romero

La publicidad competitiva es una práctica regular en sectores establecidos y con marcas bien posicionadas. En el caso del Perú, es usual que en los mercados de cerveza y telefonía, sobretodo, se desaten batallas publicitarias por captar  a los consumidores de la competencia. Sin embargo, la frecuencia de este tipo de publicidad no debería hacernos pensar que es necesariamente eficaz.


 No es difícil darse cuenta que el propósito de estos anuncios es atraer al público de la competencia. Lo que se refuerza en dichos spots son las cualidades de la marca anunciada respecto a las posibles debilidades o defectos del rival directo en el mercado; no trata de reforzar la necesidad del producto.

Entonces, estos anuncios no traen beneficios para el sector en general, puesto que no se ocupa de atraer nuevos consumidores del producto. Su público objetivo son las personas que ya usan el producto, pero que han sido captadas por la competencia. Las ganancias que se generen por ventas seguirán siendo las mismas para el sector, porque el único efecto que producen estos anuncios es el traslado de consumidores de una marca a otra, y no el aumento de ellos.

Situaciones como la anterior son parte de los mejores casos. En circunstancias diferentes esto ni siquiera ocurriría, no habría traslado de consumidores, dado que algunos anuncios de este tipo pueden ofender al público fiel a la marca atacada. Los autores Gerard Tellis e Ignacio Redondo, en su libro Estrategias de publicidad y promoción, afirman que debido a este efecto, esta clase de publicidad no es eficaz para provocar sentimientos favorables, actitudes positivas o fidelidad a la marca anunciada. Más bien, provocan que el público se prepare para contraargumentar cualquier posible ataque hacia lo que ellos prefieren.

Puede que las campañas competitivas sean eficaces para diferenciar dos productos similares y generar interés, pero se debe considerar que esto no es lo único que causan. Tanto anunciantes como agencias, deberían considerar su contraparte de usarlas y pensar mejor antes de implementar campañas de este tipo dentro de sus estrategias de comunicación. La comunicación no debe ser agresiva para ser eficaz.


Por Brenda Silva Romero

10 de mayo de 2010

Identidad Cultural: nueva tendencia en la publicidad

Por Geraldine Castillo García

La publicidad que refuerza lo peruano es un modelo de publicidad positiva que debe convertirse en una tendencia a seguir. En estos tiempos, la identidad cultural peruana es más fuerte que nunca y, a mi parecer, es un hecho que nadie puede negar. Si bien es cierto, antes no se decía con mucho entusiasmo “soy peruano”,  ahora, se ha visto un cambio radical en aquella mentalidad acultural que prevalecía en el país.  

Como dijo el magnate de la cocina peruana, Gastón Acurio “(…) nos enseñaron a ser tercermundistas. Ciudadanos de segunda categoría, exportadores de materias primas, importadores de productos terminados...entonces la cocina emerge como una reacción a eso y contagia a todo el país con ese sentimiento y hoy el peruano se siente orgulloso de serlo”.

Así como la gastronomía, existen muchas maravillas en el país que nos han llevado a celebrar nuestra nacionalidad, y sobre todo a reforzar la identidad cultural, que estuvo tan descuidada años atrás.   

Al parecer este fenómeno de peruanidad, no ha pasado desapercibido en el mercado. Y esto lo digo porque cada vez son más las empresas que se sostienen de este cambio para promocionar su marca, y realizar sus comerciales y campañas publicitarias. Un ejemplo claro es el caso de Movistar con su publicidad “Un lunes cualquiera”.  

Yo creo que todo peruano que vio este comercial, ya sea por televisión o mientras esperaba que empiece su película favorita, sintió una mezcla de alegría, entusiasmo y muchas emociones más que convergían en un solo sentimiento: “el orgullo de ser parte de un país que está creciendo”.


Otro ejemplo claro de este tipo de comerciales es la de la cerveza Franca. Los comerciales de cerveza en el Perú eran siempre recurrentes: mujeres con biquinis o ropa ajustada y un grupo de amigos celebrando. Ahora esto está cambiando. Y creo que es algo positivo que las empresas de cerveza se hayan percatado de este fenómeno. Ya sea porque refuerza los valores del país o porque, indirectamente, contribuye a que se deje de utilizar a las mujeres como un objeto. En el caso particular de Franca es una buena táctica el haber utilizado en su publicidad a un peruano tan querido y que, precisamente, ha contribuido mucho en este cambio de la mentalidad de los peruanos.


Con todo esto lo que queda claro es que el Perú está cambiando y con ello el sentimiento de los peruanos hacia su país también. Es muy valioso que muchas empresas adopten estos cambios al realizar sus comerciales porque, aunque su fin principal es vender, no puede dejar de rescatarse que de modo indirecto crean una cultura de hermandad y de optimismo en el país, y eso es algo que debe fomentarse.


Por Geraldine Castillo García
 
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