Por Lizbeth Seminario
Un producto no se vende solo, y para que una empresa sea líder en el mercado debe producir y ofrecer un producto de calidad, que rebase las expectativas de los consumidores, y busque la manera de atraer a los clientes potenciales dando a conocer el servicio, el valor y la calidad del producto.
Hay empresas que derivan gran parte de su presupuesto a la publicidad, pero no se preocupan por hacer un buen producto de calidad y que cumpla con las expectativas del consumidor y las exigencias del mercado. Por otro lado hay también compañías que desarrollan un producto de calidad, y creen que sólo por eso se hará conocido. Se olvidan del arma estratégica más importante de hoy en día: la publicidad.
Sin embargo, no deben desligar ninguno de los dos conceptos. Porque en primer lugar, frente a un entorno altamente competitivo, es fundamental que las empresas desarrollen un producto de calidad, diferente, innovador, así tendrá ventaja frente a la competencia. Ante todo debe centrarse en satisfacer a sus clientes, de lo contrario, ellos no valorarán el producto y no existirá ninguna forma de publicidad que logre socorrer esta ausencia.
No basta tener un producto con características funcionales. Se debe crear identidad de marca, la cual sólo se logra a través de la publicidad, así como la percepción que tenemos acerca de Coca Cola, con ella “destapa la felicidad”.
En segundo lugar, se debe apostar por la publicidad pues, es necesario comunicar las características y beneficios diferenciales del producto, de lo contrario sería imposible que los clientes se enterasen del nuevo producto, crear preferencia de marca y recordarles dónde comprar dicho producto.
Por Lizbeth Seminario
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