Por César bocanegra Lisboa
La mazamorra “Negrita” es un producto elaborado por la empresa Alicorp que ya lleva casi dos décadas en el mercado nacional. Todos recordamos el comercial del “chiquito mazamorrero” en el que se mostraba a un niño de tez blanca y ojos azules que le pedía a su mamá, con una peculiar forma de bailar, que le trajera un paquete de mazamorra “Negrita”. Este comercial fue muy popular durante los noventa.
En los últimos dos años, Alicorp extendió la línea de productos “Negrita” y lanzó al mercado la chicha morada “Negrita” que en su último comercial muestra a miembros de una familia de raza negra y mestiza que disfrutan de un plato de ceviche. De acuerdo a esto, ¿por qué los productores del comercial optaron por modelos de raza negra y mestiza y no por modelos de tez blanca como en el comercial del chiquito mazamorrero? ¿No hubo muchas opciones en el casting? No lo creo.
Ahora, el trabajo de los “cholos” y “mestizos” contribuye a mantener la estabilidad económica por la que atraviesa el país en a la actualidad: el setenta y cinco por ciento del PBI es producto de la exportación ganadera, textil y minera y al gran flujo de dinero que manejan las Pymes.
El gran aporte de los “cholos” y “mestizos” al crecimiento de la economía peruana, ha llevado al cambio en la publicidad de la chicha morada “Negrita”, así como la de la mayoría de productos y marcas en el Perú. Sin embargo, si el Perú no tuviera la estabilidad económica que tiene en la actualidad, ¿las agencias de publicidad mostrarían “negros”, “cholos” y “mestizos” para promocionar los productos de sus clientes? Espero que así sea.
El discurso publicitario debe tener una coherencia ética, es decir, debe existir una concordancia entre lo que se dice y la realidad. En ese sentido, la publicidad debe ser coherente con la realidad social y cultural de cada país y no proyectar una imagen falsa de él con el fin de obtener benéficos lucrativos.
Una publicidad realista que refleje las costumbres, la cultura y la realidad social del Perú permitirá reforzar el sentimiento de identidad nacional que se ha forjado en estos últimos años. Así mismo, ayudará a mejorar las relaciones sociales y culturales al interior del país y a nivel internacional.
En conclusión, las agencias de publicidad deben informar y persuadir con la verdad, por lo que deben establecer un sólido compromiso ético con la realidad cultural de los países en los que operan. La publicidad no sólo es una cuestión de lucro, es también una cuestión de ética y cultura.
Por César bocanegra Lisboa
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