Por Pierina Pighi
En agosto del 2005, recordando el referéndum que hacía un año lo había salvado de la vacancia, Hugo Chávez, presidente de Venezuela, proclamó: “Después de la caída soviética, el socialismo ha resurgido. Ahora podemos decir con Carlos Marx: ¡el fantasma vuelve a recorrer el mundo!”.
Después, ha asegurado también que su proyecto en Venezuela “va hacia el mismo mar donde va Cuba”, y en otras irrupciones mediáticas, más difundidas, Hugo Chávez ha mandado a “los de la derecha” nada menos que “al carajo”. Pero los hechos prueban que sus promesas son inconsistentes y sus irreverencias, reacciones populistas para mantenerse en el poder.
La nacionalización de empresas, como el Banco de Venezuela, RCTV, entre otros, resulta una medida insuficiente para un verdadero marxismo, cuando Chávez explica que solo “está concentrada en sectores estratégicos” y que “en otros es válido el capital privado”; y cuando, después de más de 10 años en el poder, no cumple con uno de las propuestas más características del programa comunista: la eliminación de las clases sociales -propietarios de los medios de producción y proletarios-, en todos los niveles de la sociedad, no sólo en los que podrían representar obstáculos en su gobierno.
La situación hace pensar que, como dice Teodoro Petkoff, uno de los fundadores del Movimiento al Socialismo de Venezuela, lo que hay en este país es solo “un proceso de debilitamiento de las instituciones para fortalecer a un caudillo”, no al estado totalitario que pensó Marx.
En todo este tiempo, los insultos de Chávez han tenido país y nombre propio: Estados Unidos y sus funcionarios. Pero sus barriles de petróleo también iban dirigidos a ellos. El 2009 se enviaron 1,4 millones de barriles de petróleo a Estados Unidos, el principal destino de exportación del combustible venezolano. Pero Chávez sabe muy bien que culpar de las calamidades de América Latina a ese país le asegura atención mediática y refuerza su imagen de líder.
Si las contradicciones de Chávez no bastan para probar que el socialismo no ha resurgido, el mismo Fidel Castro está para demostrarlo. El 2000, el líder cubano declaró que no era posible una revolución como la de su país, por la tradición democrática de Venezuela.
Por Pierina Pighi
1 comentarios:
Totalmente de acuerdo, Chavez tiene de comunista lo que yo de rubio.
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