15 de junio de 2010

¿Ciberperiodista yo?

Por Sandra Majail



Hace ya dos años, en el 2008, una conferencia dada en los 3dmm me llamó la atención. Diego Peralta, hasta hoy jefe Multimedia de la Gerencia de Medios Digitales del Grupo El Comercio, dijo que los diarios tradicionales en formato físico van a desaparecer, pero esto pasará dentro de mucho tiempo pues la gente se ha a acostumbrado a este formato, que es con el que aprenden a leer y escribir. En cambio la generación que aprenda desde su computador impulsará el desarrollo de los nuevos medios.

Esta es una época de cambios, en la que incluso los especialistas no saben qué es lo que va a ocurrir en unos años. Las nuevas plataformas de información tienen que enfrentarse al periodismo clásico en una sociedad tan conservadora como la nuestra.

Actualmente, los soportes que utilizan los medios de comunicación siguen siendo los tradicionales, la radio y el aparato de radio, la televisión y los televisores y la prensa con el papel. Los mismos medios de comunicación no cubren todos los requerimientos económicos, y creen que es más rentable vender informaciones en papel físico que por el medio digital.
Por ejemplo, algo increíble en estos tiempos ocurre con el diario Trome,  un diario de bastante tiraje sobretodo en Lima, no actualiza su página web desde hace 5 años, pues según ellos no necesitan hacerlo, ya que su target no entra a internet.

Otra muestra de conservadurismo se presenta en la discriminación que existe en los términos periodista tradicional y periodista digital o ciberperiodista. Hoy en día se ha establecido una diferenciación conceptual que perjudica, a mi parecer, a los ciberperiodistas, pues son considerados como inferiores por trabajar en medios digitales, sin tener en cuenta que se dedican a lo mismo, salidos de escuelas o universidades, y no hay porque diferenciarlos por el soporte.


El desarrollo de los nuevos medios en el Perú no es del todo real o rápida. El futuro de las nuevas plataformas de información seguirá siendo incierto, hasta que, como lo dice Diego Peralta, las nuevas generaciones impulsen ese cambio.



Por Sandra Majail


Una moda que no pasará: tu marca digital

Por Flor Jiménez


Hace poco escuche a un amigo preguntarse qué tan necesario era adherirse a la nueva moda de crearse una cuenta en Twitter. Creo que la mayoría de periodistas de cuarenta años para arriba se hace la misma pregunta, aunque de un modo más general, ellos cuestionan la importancia de tener presencia en el Internet.

Lo que le digo a ese amigo y a muchas otras personas es que debido a que la tecnología avanza con tanta rapidez, los medios digitales van evolucionando y se hace necesario que no solo los periodistas, sino todos los comunicadores comiencen a fabricar su marca digital, ya que no es una moda que vaya a pasar.

Esta marca digital según un artículo de Esther Vargas en su blogg http://www.clasesdeperiodismo.com/2009/08/20/los-periodistas-y-su-marca-digital/ de ciberperiodismo te permite tener presencia en línea. Además, debe mostrar quién eres, tus intereses y tu mejor trabajo profesional en espacios como blogs, Twitter, Facebook y Youtube…. Vargas destaca el ejemplo de Hermida una profesora de Estados Unidos que les dice a sus alumnos que ahorren y gasten en comprar dominios, ya que como dice Mindy McAdams, profesora de periodismo lo importante es conseguir presencia en las redes sociales, manejar con honestidad tu carrera y conversar con la audiencia, que pueden ser tus lectores potenciales.

Actualmente muchas empresas a la hora de ofrecer trabajos lo que hacen es googlearte, por eso esta marca personal se está convirtiendo en algo más que un hobby, en una necesidad” como sostiene Mark Glaser. Además ya se está viendo líderes digitales que modifican e inclinan las opiniones de miles de lectores que los siguen en la web.

El Internet nos da una infinita cantidad de oportunidades para que periodistas y ciudadanos que manejan las herramientas digitales se creen su propio espacio y generen sus marcas digitales. Por eso es importante que cada quien comience a crear sus marcas digitales y se adapte a las nuevas formas de comunicación que casi siempre llegan más rápido a nuevos lectores.


Por Flor Jiménez


elblogdemipapá.com

Por Alicia Urbina


Mi padre es un hombre práctico que siempre tiene ganas de aprender. Su trabajo de profesor lo anima a estar a la vanguardia. Hace cuatro años me sorprendió con el pedido de enseñarle a usar el internet, él quería entrar en el mundo de las arrobas y los punto com. ¿Cómo negarme a su pedido?

Pues no lo hice y poco a poco fue dominando el torbellino llamado internet. Ahora me pregunto que si así como quiso tener su correo electrónico y cuentas en los portales informativos también querrá crear su blog  como los periodistas consagrados.

Hoy en día, así como mi papá,  miles de personas tienen acceso a expresar sus opiniones  en la web, pero ellos deben saber que  todos los contenidos que pueden producir no se equipararán a los periodísticos.

En primer lugar, sólo se hace periodismo cuando se consulta fuentes y contrasta datos, más no cuando se escribe fruto de la  inspiración y polémica del día. Es decir, todos los contenidos periodísticos tienen una investigación de fondo a comparación de muchos otros que no tienen sustento en el plano de la búsqueda de información.

En segundo lugar,  gracias a su formación académica  los periodistas son capaces de elaborar contenidos de  modo imparcial y directo,  en contraposición con los bloggeros promedio que se dejan guiar por sus apasionamientos y subjetividades. Además los periodistas tienen un plus especial, su formación humanística y en valores que les pudo ofrecer un recinto universitario.

En tercer lugar el periodismo siempre trata de temas  que afectan  a la mayoría de personas, mientras que en los blogs encontramos diversos temas que sólo cubren el interés de un pequeño sector de la población, así podemos toparnos con blogs de ánimes, novelas mexicanas, etc.


En particular no desmerezco la naturaleza ni existencia de los blog pero  todos aquellos que escriben en ellos deben saber que los contenidos periodísticos tienen determinadas características que no se consiguen con uno o dos clicks ni mucho menos con tres o cuatro visitas sino con una técnica y una formación apropiada.

Por Alicia Urbina

24 de mayo de 2010

Justo medio

Por Ronald Mego


En la sociedad actual el constante trabajo y la monotonía diaria se han unido indisolublemente para que el cansancio, desinterés, fastidio o falta de energía causen letargo en las actividades profesionales y hasta produzcan inhibiciones internas en el ser humano. Al  causante de esas dolencias e indisposiciones se le llama aburrimiento.

Y es que como dicen los estudiosos, el aburrimiento es cruel  y mordaz para el cerebro humano, el cual ante situaciones repetitivas pretende encontrar, de alguna u otra manera, lo novedoso y atractivo para mitigar el hastío, pretendiendo acercarse así a lo que entretenga y divierta, que es natural al ser humano.

Es por eso que en no pocas ocasiones para ‘despejar la mente’ y amortiguar el tedio se  va al encuentro de las noches bohemias y toda clase de deseos frenéticos, pero que en lugar de encontrar la tan ansiada alegría y diversión, la vergüenza y el arrepentimiento posteriores son fatalmente lo único descubierto hasta ese momento, dejando al ser humano en peores condiciones que antes.

Es verdad, y no cabe duda, que la diversión es necesaria en la vida de cada hombre para aliviar la mente  y el corazón, contribuyendo a compartir experiencias con los amigos, desplegando nuestros sentimientos y habilidades, pero sobre todo que en la exploración de ese beneficio personal  debe primar el respeto hacia uno mismo y hacia los demás. Todo lo contrario es falsa diversión, la misma que desorienta la conciencia y hace la vida miserable.

El desorden conductual, la exacerbada libertad y vergüenza producto de esa desmedida y exclusiva diversión denigran al hombre, ya que son contrarias a su naturaleza intrínseca, traban la razón, fomentan el egoísmo y socavan la dignidad del hombre.


Cabe decir que la diversión atinada contribuye también al desarrollo personal. Sí porque con el sano esparcimiento también se crece, se cultivan los talentos  y se sirve a los demás. No olvidemos que el entretenimiento es también una forma de expresarse, cohabitar, relacionarse con el otro, en pro de la búsqueda de la verdadera felicidad, tantas veces esquiva al ser humano.

Por Ronald Mego


A la práctica

Por Karen Gallardo



Soy estudiante universitaria, pero este es el año en que me graduaré como bachiller en la especialidad de Comunicación, después de cinco largos años de estudio.  Cuando empecé mi carrera veía muy lejano el momento de ser una profesional, pero ahora estoy a punto de lograrlo.

He cursado más de 30 asignaturas, cada una estas  tenía  el objetivo de enseñarme algo nuevo o de reforzar conocimientos  que ya poseía.  Al principio fue muy difícil entender esto.  Los cursos me parecían aburridos, y como muchos, en algún momento pensé “y esto de qué me sirve”, ¡que me enseñen algo que en realidad necesite saber!

En vacaciones  realicé  mis practicas pre profesionales en la especialidad de Relaciones Públicas. Al comenzar sentía mucho miedo, sin embargo al paso del tiempo  descubrí  las actividades que se me encargaban  no era tan difíciles de realizar, lo único que debía hacer es recordar lo que aprendí en las aulas.
Cómo escribir una nota de prensa, cómo elaborar perfiles de actividades y llevarlas a cabo, cómo redactar distintos documentos, cómo hacer un video, como elaborar afiches, entre otros, ya la sabía.  Por supuesto con la práctica  también aprendí nuevas habilidades. Que hasta el momento no tenía.  Sin embargo puedo asegurar que gran parte del éxito profesional tiene como base  los conocimientos teóricos que aprendemos en la universidad y que muchas veces desdeñamos.

Todas las enseñanzas universitarias tienen ciertos objetivos,  incluso los cursos de humanidades que llevamos por obligación.  Estos en realidad construyen el juicio crítico, y ayudan a determinar  lo correcto dentro de los lineamientos de la profesión.

Todo lo que aprendemos  en los salones de clase  es posible llevarlo a la práctica. Aunque pensemos que las asignaturas son aburridas debemos prestarles la debida atención, pues en algún momento necesitaremos de aquellos conocimientos y será un real problema si no  los manejamos.

Por Karen Gallardo


Ni superficial, ni tonto

Por Jorge Pajares


Desde su aparición el marketing ha sabido identificar oportunidades de negocio y así  impulsar el crecimiento de nuevas empresas. Dichas oportunidades surgen al detectar necesidades insatisfechas de un sector cualquiera de la población. Pero, ¿realmente necesitamos algo?

Es común estigmatizar al marketing como una disciplina que inventa “necesidades” y que, por tanto, ofrece servicios y productos de una utilidad ficticia que únicamente aumentan nuestra dependencia de las cosas materiales. Es cierto que vivimos en una sociedad materialista que procura cada vez mayor comodidad y confort; sin embargo, si nos remitimos a la historia humana, siempre fuimos así.

Según Daniel Miller, antropólogo inglés especialista en temas de consumo masivo, a lo largo de la historia, los seres humanos siempre se han relacionado a través de cosas materiales. Estos objetos representan de algún modo valores y características que queremos hacer nuestros, pero contrario a lo que se cree, esto no significa un desdeño hacia lo espiritual sino un intento del hombre por manifestar su naturaleza frente a otra persona. Muchas veces lo exterior y material puede conducirnos a lo fundamental y esencial. Como ejemplo recordemos a la cultura Mochica, que investía a sus jefes con objetos de oro para representar la excelencia e inmortalidad de su gobierno.

Lejos de crear necesidades ficticias, el marketing ha sabido responder a esta propensión humana con productos que, más allá de su utilidad práctica, representan aspectos determinados que una persona quiere exteriorizar.


En la actualidad, las marcas son el enemigo principal de las personas que ven al marketing como el culpable de la actividad consumista-materialista. Sin embargo, las marcas únicamente intentan reflejar valores e ideas que una persona quiere para sí. No hay una maldad intrínseca en esto. Tampoco significa que las empresas lucren a expensas de nuestras carencias emocionales. Es solo una muestra del progreso humano: la habilidad de las economías modernas para responder a la necesidad real que tiene  el hombre por expresarse y manifestarse.



Por Jorge Pajares

El fantasma del socialismo en América Latina

Por Pierina Pighi



En agosto del 2005, recordando el referéndum que hacía un año lo había salvado de la vacancia, Hugo Chávez, presidente de Venezuela, proclamó: “Después de la caída soviética, el socialismo ha resurgido. Ahora podemos decir con Carlos Marx: ¡el fantasma vuelve a recorrer el mundo!”.

Después, ha asegurado también que su proyecto en Venezuela “va hacia el mismo mar donde va Cuba”, y en otras irrupciones mediáticas, más difundidas, Hugo Chávez ha mandado a “los de la derecha” nada menos que “al carajo”. Pero los hechos prueban que sus promesas son inconsistentes y sus irreverencias, reacciones populistas para mantenerse en el poder.

La nacionalización de empresas, como el Banco de Venezuela, RCTV, entre otros, resulta una medida insuficiente para un verdadero marxismo, cuando Chávez explica que solo “está concentrada en sectores estratégicos” y que “en otros es válido el capital privado”; y cuando, después de más de 10 años en el poder, no cumple con uno de las propuestas más características del programa comunista: la eliminación de las clases sociales -propietarios de los medios de producción y proletarios-, en todos los niveles de la sociedad, no sólo en los que podrían representar obstáculos en su gobierno.

La situación hace pensar que, como dice Teodoro Petkoff, uno de los fundadores del Movimiento al Socialismo de Venezuela, lo que hay en este país es solo “un proceso de debilitamiento de las instituciones para fortalecer a un caudillo”, no al estado totalitario que pensó Marx.

En todo este tiempo, los insultos de Chávez han tenido país y nombre propio: Estados Unidos y sus funcionarios. Pero sus barriles de petróleo también iban dirigidos a ellos. El 2009 se enviaron 1,4 millones de barriles de petróleo a Estados Unidos, el principal destino de exportación del combustible venezolano. Pero Chávez sabe muy bien que culpar de las calamidades de América Latina a ese país le asegura atención mediática y refuerza su imagen de líder.

Si las contradicciones de Chávez no bastan para probar que el socialismo no ha resurgido, el mismo Fidel Castro está para demostrarlo. El 2000, el líder cubano declaró que no era posible una revolución como la de su país, por la tradición democrática de Venezuela.

Es cierto que se están dando medidas comunistas en América Latina, pero con militares convenidos, el socialismo nunca resurgirá, y él único fantasma que recorrerá el continente de aquí a unos años será el de Fidel Castro, cuando descanse en paz.


Por Pierina Pighi


 
Yo opino Copyright © 2009 Blogger Template Designed by Bie Blogger Template